Los cuerpos empiezan a sudar por el calor del verano y las malas ideas empiezan a cocer a fuego lento. Se hace evidente la necesidad de un código moral, una guía ética o una brújula para el espíritu, que nos ayude a no apartarnos del camino del hombre recto. Los sistemas de calificación por edades siempre han servido para atraernos hacía a todo aquello que nos estaba prohibido y este es nuestro sentido homenaje. El repaso a la vida y obra de un HOMBRE como Fred Ward y las recomendaciones de los antimonitores completan un programa autorizado para todos los públicos.
Los sistemas de calificación por edades, como tantas cosas en la vida, son creados a partir de una necesidad de servir al público pero terminan convirtiéndose en un arma de poder más, al servicio del sistema. De plena actualidad por aquellos títulos que venden acción y violencia pero que rebajan su calificación para optar a la mayor taquilla posible.
Los antimonitores hacen un viaje en el tiempo para conocer los momentos de la historia en los que merece la pena recalar. Los locos años veinte, la época del código Hays, la creación de la MPAA y la continua lucha entre los grandes estudios y los pequeños creadores. La ley del embudo en su máxima expresión.
En España no nos hemos librado de esta lacra a pesar de que nuestra transición trajo libertad y tetas para todos. Ya sea por la tiranía a la que nos expone la globalización o por las tonterías del gobierno de turno, seguimos sorprendiéndonos de vez en cuando con casos de lo más inesperados. ¿Alguien recuerda el estreno de Saw VI?
Fred Ward es el padre con el que todos querríamos ir de pesca, el compañero de curro con el que ir a cazar gusanoides. Un actor con cara esculpida en mármol y con inquietudes intelectuales, que se mueve con soltura en cualquier género, a pesar de ser más que evidente que ha nacido para interpretar héroes de acción.
Remo, desarmado y peligroso, Temblores, Hechizo Letal o Agárralo como puedas 33 y 1/3 (el insulto final) son sólo una pequeña muestra del amplio rango interpretativo de este californiano de pura cepa, que por su carrera como actor secundario se ha ganado un puesto de honor en nuestra sección Encasillados.
Y despúes de tanto sexo, violencia y testosterona, finalizamos con tres títulos intimistas, crudos y espirituales. Por un lado, dos de los más aplaudidos films de la temporada pasada, el emotivo drama indie Las Vidas de Grace y el descarnado documental The Act of Killing.
Y finalmente la sugerente cinta de animación de Richard Linklater, Waking Life.
Qué bien lo pasamos durante la grabación. Además, antes y después comentamos algunas cosas que por tiempo no entraron en el podcast y que como nuestra audiencia siempre tiene ganas de más, paso a comentar.
A colación de los estudios que comentamos por encima realizados en Harvard y la Universidad Estatal de Ohio y el Centro Político Público de Pensilvania sobre el notable aumento del contenido violento en las películas para chavales (PG-13) cabe destacar las duras palabras que Ann Hornaday del Washington Post dedicó a comedias no violentas con esa calificación. La periodista comentaba que: «Las películas no siempre son representativas de la realidad, pero condicionan poderosamente lo que deseamos, esperamos y creemos que merecemos de ella (…) ¿Cuántos hombres criados en la ingesta constante de las comedias de Judd Apatow en la que el adolescente que no se come una rosca al final siempre se queda con la chica?». Su artículo era una crítica directa a los films de gente como Apatow o Seth Rogen, a los que acusaba de dar una visión idealizada de la adolescencia, donde al final había una compensación para todos, donde el bien triunfaba y el nerd de turno afilaba el pizarrín. En los 80 se lo podrían haber dicho al llorado John Hughes. El caso, esto es lo grave, es que asociaba la influencia de esta película con la matanza protagonizada por Elliot Rodger hace pocos meses. Sí, aquel chico que se lamentaba en un vídeo de seguir siendo virgen a su edad y no tener el nivel de vida que esperaba de sus padres. Podría hacer chistes aquí y darle al humor negro pero es un caso ciertamente triste.
Sobre el cine gore en la actualidad tenemos películas como las de Rob Zombie, que llegan al cine con escenas eliminadas o literalmente docenas de cortes (como la versión para cines de Los Renegados del Diablo) o los problemas que han tenido con las autoridades films tan brutales como Human Centripede 2 o A Serbian Film.
Ah, y trampa con The Punisher: War Zone. Resulta que en su momento vendieron como una buen noticia la calificación R de la película, sacando pecho y clamando que al fin iban a estrenar una película que hiciera justicia al personaje. La triste realidad es que la productora buscaba el “comercial” PG-13 que no pudo conseguir porque la MPAA no quiso dárselo.
También es muy curiosa la autocensura a posteriori de algunas películas. Véase el caso de los walkie talkies que sustituyeron digitalmente a las pistolas de los agentes federales que perseguían a los niños de E.T. en aquella versión “reloaded”.
De los tijeretazos que tuvieron que meter muchos directores y productores en sus películas para llegar a más público ya ni os cuento. Si el mismísimo Scorsese tuvo que agachar la cabeza y pasar por el aro cortando escenas en El Lobo de Wall Street qué no tendrán que hacer los demás. Kubrick, que sabía lo que iba a pasar con Eyes Wide Shut se curó en salud fabricando una doble versión de su film, que aun así tuvo que incluir aún más censura en las imágenes de la orgía. El que no claudicó fue el productor Jeremy Thomas y el director Bertolucci con Soñadores, que se estrenó íntegra en USA con la peor de las calificaciones.
Mi mentor John Waters apuntaba hace tiempo lo irónico que resulta prohibir referencias sexuales explícitas en el cine adolescente cuando todos esos chavales tienen libre acceso a las peores barrabasadas vía móvil u ordenador desde la más temprana edad. Claro que si por la MPAA y asociaciones afines fuera, Internet estaría férreamente controlada también con cualquier excusa.
A los cortes que indica la MPAA en según qué películas también se los ha calificado como machistas y homófobos. Véase la presión que sufrieron películas como Blue Valentine, Charlie Countryman, Boys dont crey o la fantástica The Cooler porque en ella aparecían mujeres satisfechas vía sexo oral. Todo está explicado en el documental «This film is not yet rated» de Kirby Dick, que os recomendamos desde aquí.
¿Y a vosotros? ¿Qué versión uncut fue la que más os sorprendió? ¿Algún corte que os haya llamado especialmente la atención?
Buena entrega y buen anexo de Barsen, pero se os ha olvidado señalar la presencia de nuestro querido Reginald Veljohnson en la comentada y «Remo» (aquí cambiando el uniforme de policía por el de conductor de ambulancia). El viejo Carl Winslow es una baza tan obvia para un «Encasillados» que seguramente se quede con las ganas.
Ciertamente, buena apreciación. Y mira que lo comenté después de revisitar «Remo». En esa película Reginal Veljohnson tiene lo que no es más que una figuración especial, pero ya es un motivo a destacar en la película. Comentar que, esta vez, en lugar de hacer de policía hace de conductor de ambulancia demostrando sus habilidades para interpretar diversos papeles.
Gracias por escuchar y comentar.
Fred Ward de poli retirado con solo media pensión en la segunda de True detective. El director fijo que escucha Campamento Krypton.