Los fumetti, los tebeos que nos llegan desde Italia, han tenido una influencia capital en la historia del cómic. Grandes iconos como Corto Maltés o Dylan Dog pero también maestros como Pratt, Manara, Toppi o Liberatore son los más famosos estandartes del mundo del fumetto pero también nos han dado los entrañables exploits de Zora, Jacula y compañía, genios malditos como Pazienza o los mejores tebeos de Disney. Ascolta questo podcast sui fumetti!
Para hablar de Italia, qué mejor manera que volver a contar con nuestro buen amigo Marco Notari. Con la ayuda de Marco, recorremos la historia del tebeo transalpino, arrancando con esas primeras publicaciones que llegaron con los suplementos de los diarios, la irrupción de los tebeos de Disney con personajes como Patomas y la creación de instituciones como el ranger Tex.
Ya en los años 60, una nueva generación de autores y revistas como Linus empiezan a introducir un cómic más adulto y el cómic de aventuras introduce héroes improbables como Valentina o antihéroes como el amoral Diabolik.
En las décadas de los 60 y 70, aparecen los más grandes historietistas del fumetto. Hugo Pratt con su Corto Maltés, el erotismo de Manara o el pictórico Sergio Toppi se codean con los grandes del cómic internacional.
Paralelo a la aparición también se asienta un tebeo industrial y aventurero que bajo el paraguas de la editorial Bonelli crea una serie de héroes que gozan de un gran éxito. El ya mentado Tex, es seguido por Dylan Dog, Zagor, Nathan Never, Julia o Martin Mystere.
Y no podía faltar también un cómic porno-trash que con argumentos loquísimos hizo de la explotación una bandera. Zora, Jacula o Sukia fueron algunas de esas hembras peligrosas que competían en el kiosko con las novelas baratas y otro gozoso material de derribo.
En los años 80, malogrados maestros del underground como Pazienza o Liberatore apostaron por un cómic nihilista y experimental que pondrían la primera piedra para un panorama actual en el que la novela gráfica se impone con autores tan relevantes como Zerocalcare o Gipi.
Tras nuestro dossier sobre cómic italiano, finalizamos con tebeos de otras latitudes. La vibrante nueva serie de la Viuda Negra llega respaldada por el tándem Mark Waid-Chris Shamnee (Panini)y la incipiente carrera del valenciano Victor Puchalski da un salto de gigante con La Balada de Jolene Blackcountry (Autsaider.)
Como última propuesta, un manga clásico. ¿Quién es el undécimo pasajero? de la mangaka Moto Hagio es uno de los primeros shojos que además plantea un sugerente thriller en un futuro de ciencia-ficción.
Bocatto di cardinale!
Excelente programa. Como decís, se podrían dedicar un programa de dos horas solo al Disney italiano, o al porno-trash, o a Bonelli, o a…! Una producción tebeística de un país inabarcable. ¡Qué envidia esas cifras de venta y esa cultura popular que resiste! Qué comparación con el erial de los kioskos españoles, dominados solo por revistas y periódicos. Y como siempre, qué difícil recapitular todo lo que me viene a la mente.
¡Patomás era lo más! Recuerdo cuando tuve la suerte de leer la primera historia en un SuperDumbo, y la fascinación de esa mezcla de Fantomás (yo también conocía el personaje, aunque fuera por esos comics bizarros de Novaro) con Batman. Con algo de suerte creo que lo sigo teniendo, si puedo lo escaneo y cuelgo en Facebook. Pero es que ahora que conozco un poco me entra la duda: ¿cuál es el origen de esos otros personajes tan pulp como SuperGoofy y Borrón, y alguno más que segudo que olvido? ¿Son italianos o americanos?
Realmente Italia ha sido el reino europeo del pulp, más que España o Francia. Recuerdo haber visto la película de Los 4 Budas de Kriminal en el cine del pueblo y quedarme con la boca torcida: un tio vestido de amarillo con un esqueleto dibujado, que se dedica a provocar ataques al corazón a ancianitas para quedarse con sus herencias. ¡Y era el protagonista! Además eso de que se oyera el crujir de las articulaciones al andar como un verdadero esqueleto me dejaba con un WTF avant-la-letre. No sabía si la peli iba en serio o era una parodia de algo que no conocía.
En cuanto a los personajes de Bonetti, he de decir que nunca le he encontrado la gracia a Dylan Dog. Para mí era demasiado plagio, demasiado poco homenaje y menos todavía historias originales. En contraste, me encantaba Martin Mystere, con esa sensación de un mundo extraordinario a cada número. Además ese universo en desarrollo me encantaba, acumulando un amigo neandertal, una pistola de rayos, una relación personal que pasa por el altar… Es una auténtica lástima que nunca haya cuajado en España. Gracias también por descubrirme Julia, enamorado como estoy de Audrey Hepburn, he de echarle un vistazo con detenimiento.
Ahora toca hablar de las mujeres, jeje. La verdad es que Sukia y otras del mismo pelaje era algo imposible de olvidar si se crecía en los 80. Aunque os habeis olvidado de mencionar la que para mí fue la entrada a ese mundo: Blancanieves y los 7 enanitos viciosos. Admito con gran orgullo que, si alguna vez se reedita en taba dura, ahí iré yo a comprarla. Seguro que a Russ Meyer le hubiera encantado, jejeje. La verdad es que las historias eran bastante «normalitas» comparadas con Sukia y compañía. Otro momento de culo torcido con esta última fue cuando vi en uno de sus tebeos una «monstrua» con cabeza de mujer y cuerpo de cienpiés/escolopendra. Bizarro hasta decir basta.
Estupendo que mencionaseis a Bonvi, me encantaban sus historias. Lo descubrí con Después de la Bomba, en Zona 84 y aún espero a que alguien lo rescate. Ahora con la era Trump quizás se dé de nuevo el clima
Gracias también por descubrirme Zerocalcare y todas vuestras recomendaciones. Las seguiré.
Força Italia!
PD Dos sugerencias para programas futuros: El mundo de las novelas baratas europeas. Me viene a la mente pensando aquí en Alemania en Perry Rholand o en Francia con OSS117, pasando por Corin Tellado o el Coyote. La otra, la vuelvo a dejar caer, sobre los programas de fantasía y ciencia ficción en la televisión británica. Joyas incontables hay ahí 🙂
Ese es un mundo que me mola mucho, aunque luego al final apenas he podido leer nada. Nos lo apuntamos.
Gracias por escucharnos y por las estupendas anécdotas de Kriminal o Martin.
Dudo, por desgracia, que nada del fumetti pornotrash se reedite. En ningún format