Tras un buen montón de podcasts hablando sobre cómic, esta vez nos detenemos en el continente y no en el contenido. El formato del tebeo ha evolucionado en la medida que el propio medio lo ha ido haciendo. De los primeros protocómics a la tira de prensa, pasando por el comic-book, el formato prestigio iniciado por Frank Miller, el álbum franco-belga o la novela gráfica. Además hablamos de los desmanes de Vértice o Forum, los míticos Superhumor o formatos locos como los Absolutes y todo tipo de ediciones aparatosas o con portadas lenticulares. Y además entrevistamos al enorme Albert Monteys, que está maravillando a todo el mundo con el excelente Universo.
Los inicios del cómic se remontan a épocas previas a la prensa escrita pero es con su inclusión en los diarios y su serialización, cuando el tebeo encuentra un formato más parecido al que conocemos. Las tiras de prensa fueron, dentro sus limitaciones, uno de los moldes con el que jugar con la narrativa para los primeros autores.
La popularización del comic-book gracias al gran éxito del cómic de superhéroes creó el canon para el tebeo norteamericano mientras también las revistas de cómic iban ganando terreno en otros países. La recopilación de diferentes historietas serializadas ha ido creando nuevos formatos como el álbum francés, el tankobon japonés o el Superhumor en español.
El coleccionismo ha generado un incremento de formatos «deluxe» que han ido encareciendo el cómic y acercándolo cada vez más al formato libro. No obstante, los autores han podido gozar de cada vez mayor libertad y el auge de la novela gráfica ha posibilitado también una diversidad total en la forma en que es presentada la historieta.
Un autor que precisamente ha sabido jugar muy bien con los formatos es el genial Albert Monteys. Desde los tiempos de Mondo Lirondo hasta su reciente Universo, Monteys es un todoterreno que ha pasado del humor gráfico a la distopía de ciencia-ficción al que pudimos entrevistar en el pasado Salón del Cómic de Barcelona.
Finalizamos con un montón de recomendaciones. El thriller basado en hechos reales El espíritu del Escorpión el precioso cuento adulto Belleza o la biografía en cómic del creador de Superman.
Y también para leer este verano son imprescindibles el aclamado Lo que más me gusta son los monstruos, el terror pre-comic code Haunted Love o el vibrante cómic de fantasía Rumble.
Yo creo que se hace un razonamiento o conexión entre «persona que consume tomos» y una serie de rasgos de ignorancia, prepotencia y semejantes que es bastante non sequitur . Es decir, identifico el perfil que describís, pero asociarlo con los tomos es como asociarlo con que respiran oxígeno o tienen dos piernas.
Yo personalmente hace mil que dejé de comprar grapas. Me veía en la tesitura de que obtenía un producto más caro y de peor calidad. Como lector de manga, formato que no ha llegado en revista a España salvo contadas excepciones de muy corta vida, no me importa esperarme a los tomos, así que me costó cero aplicar esa lógica al cómic americano. Como lector de europeo, además, mi paciencia es infinita.
El aspecto estético en la estantería también es un plus, siempre he metido las grapas en cajas que he adornado o jugadas semejantes, porque en estanterías quedan como el culo, ya no solo a nivel estético, sino de organización, en tanto que no puedes localizar números/colecciones de un simple vistazo. Me sorprende que el valor estético y práctico del tomo se asocie a «ser un pedante y acomplejado».
El remate es la oda que enaltece «la humildad de la grapa». Cuando se eleva un formato hasta el punto de ponerlo como bastión de considerar el cómic de superhéroes como un entretenimiento carente de prejuicios, al final estáis cayendo en lo mismo que el perfil de consumidor de tomos que definís: dar más importancia al continente que al contenido.
Buenas Nafno,
Aprovecho que te respondo ahora para aclarar aún más si cabe mi postura en lo referido a los prejuicios de un sector de los lectores de cómics. Me refiero a que te respondo a ti pero incluyo aclaraciones extra para quien las necesite, ya que previsiblemente este es el único punto del programa que va a crear controversia.
Antes que nada siempre aconsejo que si en cualquier medio alguien hace una descripción de un caso más o menos generalizado o particular, y alguien se siente desagradado o incluso ofendido en lo personal, lo mejor es no darse nunca por aludido. Después de todo mi crítica no lleva nombres y apellidos, así que si lo que describo no se ajusta al caso particular de cada uno, lo mejor es pensar que me refiero a otras personas y no tomárselo por lo personal.
Dicho esto, también quiero aclarar que aunque mis compañeros estén más o menos de acuerdo con lo que opino, mis palabras son mías y solamente mías, y yo me hago responsable de lo dicho individualmente. Mis palabras y mis formas, que en este caso han sido especialmente explícitas de forma consciente porque así quise que fueran. Hablo de un panorama que no me gusta y he querido que constase a las claras.
“Yo creo que se hace un razonamiento o conexión entre “persona que consume tomos” y una serie de rasgos de ignorancia, prepotencia y semejantes que es bastante non sequitur”
En realidad no asocio prepotencia y demás con “persona que consume tomos” sino concretamente con “persona que sólo consume tomos y formatos deluxe porque tiene prejuicios hacia otros formatos”.
Defiendo la heterodoxia y disfrute desprejuiciado de todo tipo de formas de cultura. Una dieta cultura lo más variada posible. Defiendo la amplitud de miras, la curiosidad y el no cerrarse en banda por culpa de manías, ideas preconcebidas o los citados prejuicios.
Sobre lo de comprar lectura en función de cómo va a quedar en la estantería, pensando en la estética de un lomo… Pues mira, allá cada cual. A mi personalmente me da totalmente igual. Yo los cómics los quiero para disfrutarlos, no para lucirlos, ni presumir de ellos, ni hacerme selfies con ellos, que parece que es lo único que le interesa a una pequeña colección de youtubers y seguidores que he visto.
Y cuando no queda espacio en una estantería, lamentablemente, el cómic termina guardado/almacenado en una caja independientemente de si es una grapa o un tomo, eso da lo mismo.
Lo de la organización… Pues oye, no se. Pero yo mis grapas las localizo sin problema ninguno porque la colección está medianamente organizada. No necesito ni echar un vistazo porque se donde está el material. Como si está la luz apagada. Tampoco hay que ser un archivista o bibliotecario profesional para dar con el material, por mucho que haya.
“Me sorprende que el valor estético y práctico del tomo se asocie a “ser un pedante y acomplejado”.
Hombre, darle más o menos valor a un libro en función de su cubierta no es buena señal de nada. Si alguien no está de acuerdo con esto que digo no se, que se dedique a editar los libros en persona o los forre con fotos de su comunión.
En cualquier caso, para que quede claro, cuando me refiero a lectores pedantes y acomplejados me estoy refiriendo a lectores… pedantes y acomplejados. Necesitar comprar tal cómic porque el común de los influencers dice que es la saga más importante de los Vengadores dice muy poco de la confianza de uno mismo en sus propios gustos. Ojo, hablo de casos que veo constantemente, no de suposiciones. Snob y elitista porque compras a unos personajes “porque son mejores que otros”, “porque son más adultos/realistas/oscuros” (sic). Porque menuda mierda Hulka o Spider-Woman que no son el Joker. Gente así he visto a puñados. Snobs porque, entre otras tonterías, asocian un tipo de edición y precio más alto a mejor calidad, cuando el cómic es el mismo cuando sale en grapa que cuando se recopila. Porque claro, ¿cómo te vas a comprar un cómic de Batman de Frank Miller en una puta grapa? El caballero oscuro se compra en tapa dura, que si no desluce. Majaderías de estas veo constantemente. Gente que sólo compra a tal autor porque “dicen que es el mejor”. ¿? Comprar cómics como quien compra zapatillas: en función de la marca.
Estos elementos que viven por y para el tomo y que se permiten el lujo de ir de perdonavidas repartiendo carnets para diferenciar al que es un “verdadero” fan de Marvel y quién no… Gente que hace eso por un lado, dando lecciones y sacando pecho, pero que por otro valora los guiones de los personajes en función de si se ajustan más o menos a su principal referente: las películas. ¿Quieres un ejemplo? Pues mira, los youtubers del estilo Strip Marvel, o como se llame. Luego también he visto a gente despreciar un cómic porque el personaje no le gustaba en la serie de televisión. Pero te hablo de ni abrir el tebeo y despacharlo con asco. Y no estamos hablando de niños de 12 años. Hablamos de gente con edad para ser padres.
Ejemplos así podría contar durante toda la noche, pero llego muy cansado del trabajo y además hablar de gente llena de prejuicios y fobias me agota y desagrada, como es natural.
“El remate es la oda que enaltece “la humildad de la grapa”.
Hombre, eso es cuestión de la percepción de cada uno. Donde tú ves “oda” y “enaltecimiento” de la grapa yo simplemente veo una sencilla y cariñosa defensa del formato, que visto lo visto, buena falta le hace. Y hablo de la humildad de la grapa porque era el único formato que un niño de familia de clase obrera se podía permitir comprar en saldos o kioskos. Si no fuera por la grapa (que lamentablemente cada vez es más y más cara, como todos los demás formatos) no habría podido acercarme al maravilloso mundo del cómic. Si al final el mercado va dirigido a los tomos de gran formato o ediciones de lujo, no se qué niño se va a poder comprar un simple cómic de Spiderman. Al final el que quiera leer y con 10 años no tenga una paga de 30 pavos semanales, terminará recurriendo a la piratería. En fin. Al menos quedan bibliotecas públicas para que no olviden lo que es disfrutar de un cómic impreso.
“Estáis cayendo en lo mismo que el perfil de consumidor de tomos que definís: dar más importancia al continente que al contenido.”
Como digo, no hace falta pluralizar porque yo me hago responsable de lo dicho y defiendo en solitario estas ideas. La cuestión: menos mal que durante todo el programa dejamos claro que tanto yo como mis compañeros compramos todo tipo de formatos y no tenemos prejuicios a la hora de comprar. Como mucho diremos que nos gustan poco los megatomos porque son muy jodidos de transportar, sujetar, y leer. Así que no, no doy más importancia al continente que al contenido. Es justo al revés: yo lamento que haya gente que desprecie un formato a favor de otro y se cierre en banda.
Campamento Krypton apoya el disfrute desprejuiciado y totalmente lúdico del cómic, sin complejos ni sectarismos, para todo tipo de público. Yo no impongo a la grapa por encima de ningún otro formato. Apoyo que se consuma con la misma tranquilidad y disfrute con la que se compra un álbum BD, un tomo manga o un recopilatorio editado por La Cúpula. Así de sencillo. Vive y disfruta sin manías y pegas infantiloides. Sin la grapa, ¿cómo catar una colección para saber si te gusta o no? ¿Cómo descubrir a un personaje o a un autor sin que te comprometan 40 pavos? Así pasa, que la gente que se compra tomos tan caros, antes de soltar la pasta necesita consultar veinte foros en lugar de fiarse de su propia intuición, criterio o gusto. La grapa te pide poco a cambio para lo que te da, y no entiendo que haya gente altanera de más de 25 años que la desprecie de manera tan desagradable. Sobretodo teniendo en cuenta que es gente que lee cómics de súper-héroes cuyas historias se escriben para ser disfrutadas mes a mes, no en atracones bulímicos a base de ómnibus. Sólo se me ocurre que es gente que no se ha acercado al mundo del cómic hasta que las películas de súper-héroes pusieron más de moda a los personajes. Además, ¿qué pasa con los cómics que sólo salen en grapa y nunca se recopilan? ¿Hay que darles la espalda? No tiene sentido. Si un cómic sale en grapa y me gusta, me lo compro sin pensar en nada más que mi propio disfrute. Si sale en tomo directamente, pues lo compro también, me da igual. No discrimino.
Espero que me haya explicado bien y no venga nadie a intentar coger al elefante por la cola, porque bastante diáfano lo he dejado.
Un cordial saludo y gracias por seguirnos. 🙂
Gracias por responder.
No voy a responder a la mayoría de los puntos porque básicamente refuerzas lo que expusiste en el podcast (y bien está, no tienes por qué cambiar de posición). Sin embargo, sí me gustaría responderte a este apartado:
«Hombre, darle más o menos valor a un libro en función de su cubierta no es buena señal de nada.»
¿Por qué no es buena señal? Es decir, entendería esa premisa si yo eligiera lo que voy a leer en función de la cubierta. Pero si yo he decidido comprar una determinada obra de la cual hay varias ediciones en el mercado, y considero el apartado estético del formato como una de las razones para decantarme por uno u otro, ¿de qué se supone que es eso mala señal? ¿Por qué iba a tener que coger el formato «más feo»? Como comentaba, no entiendo por qué desdeñar el apartado estético del formato a la hora de establecer una decisión de compra. Otra cosa es priorizarlo, ponerlo por encima del contenido.
También aclararte que no me di por aludido, ni sé quiénes son esos youtubers ni nada XD. Simplemente me llamó la atención que un debate a priori interesante, sobre los diferentes formatos y la forma de consumirlos (y de hecho el podcast entero es interesante), se redujera a arremeter contra determinado perfil. Porque si escuchas tu parte te darás cuenta de que argumentos reales a favor de la grapa o en contra del tomo hay poquísimos y son muy subjetivos, casi todo lo que dices lo dedicas al estereotipo del lector.
Saludos.
Habéis elegido un tema árido. Siempre es más agradable hablar de temas más artísticos, más intangibles, que ir a lo material. Esto es casi materialismo histórico, el cómo los medios de producción y las condiciones materiales son determinantes para tomar otro tipo de decisiones menos tangibles. Por eso mismo es un tema que no se toca al hablar de cómics: ¿es recomendable la saga de Geoff Johns en Flash? Matiz importante: ¿es tan buena como para pagar 60 euros de una tacada? El formato (el precio, vaya) es parte de la experiencia lectora. Hay cómics malos que leídos de saldo no me han molestado, y obras maestras en formatos de lujo que he perdonado sin problemas.
El cómic no se entiende sin la industrialización de la producción y la distribción masiva. Quiero decir, que los jeroglíficos son narraciones gráficas, pero no eran cómics. Y estos procesos implican una estandarización, que diferentes autores e historias tengan que compartir formatos. Este compartir conlleva un precio mucho más reducido que el de los cómics que que tienen cada uno un formato único y exclusivo. Es decir, que un autor ahora puede decidir incluso incluir cómics en las guardas, pero evidentemente eso va a traer un aumento de precio. De productos para masas a productos para minorías.
Ahí veo una paradoja: Chris Ware basa su trabajo en cómics populares de los años 30, 40, etc., pero a partir de ellos saca productos esclusivos y minoritarios. Building Stories me parece una absoluta maravilla, su aspecto formal es sólo una parte más de una historia sólida, inteligente y llena de sensibilidad. Pero oye, aceptemos que ese público de las tiras de prensa no es el que está buscando Ware en absoluto.
El tema también está en los libros. Si vais a los estantes de una librería, los libros que salen en una misma colección compartiendo formato (Anagrama, etc.) suelen ser los libros que leen lectores habituales. Al contrario, estas ediciones de libros personalizadas, fuera de colección (portadas únicas, sin números en el lomo), se hacen pensando en esos lectores que tienen menos interés por la lectura. Y venden más, claro.
Os comento dos cosas que habéis dicho. Por un lado, que Pocket de Ases es un formato alemán que importó Bruguera, seguramente como intercambio por los derechos de Clever & Smart. La selección de títulos no la hizo Bruguera. Por otro lado, que efectivamente, el formato de «novela gráfica» de Vértice se popularizó en España como forma de huir de la censura. Aparte de los de Vértice, se publicaron muchos cómics de género negro y romántico en ese mismo formato, con esa misma distribución de viñetas. Lo que ya no sé es si Vértice creó tendencia o copió a la competencia.
Aparte, me temo que cuando Miller dice la tontería esa de que vemos en horizontal y demás me parece una pobre justificación para no decir que estaba copiando el formato de Atmósfera Cero que había dibujado Steranko. Si hasta le copió viñetas a ese tebeo para un tomo de Sin City… Mira que Steranko podría presumir de haber sido probablemente el primer dibujante en sacar cómics en dobles páginas (aquel de Superman, este de Atmósfera Cero), pero el que se pone medallas es Miller.
Por otro lado, me sigue pareciendo una chorrada que un cómic digital tenga que tener un formato apaisado. No sé quién sería el primer lumbreras que lo dijo.
Por volver a la idea inicial: creo que sí, efectivamente el formato determina el contenido. Creo que el caso de Hergé es el mejor ejemplo. Hergé no dibujaba pensando en el recopilatorio, él iba sacando páginas cada semana, y al cabo del tiempo empezó a recopilarlos en álbumes. Y para ello, REHIZO el material. Era consciente de que una cosa es un cómic semanal, con su propio ritmo, los cliffhangers, que puedes perder el tiempo en enseñar ciertas cosas… y otra cosa el álbum, que tiene que ser más compacto y, especialmente, llenar el mismo número de páginas para todos los álbumes. Vuelvo a lo de antes: a mismo formato, menos gastos.
Creo que es un poco la misma decisión que tomó Fontdevila para sus últimos recopilatorios de La parejita. Redibujó y replanificó muchas páginas porque una cosa es una página de una revista, y otra una página dentro de un tomo.
Otro caso, pero diferente, fue el de Sandman. Sus ventas en grapa no eran de las mejores de DC, pero en tomo era un bestseller y aparecía recomendado en la Rolling Stone. Por supuesto, el recopilatorio era comprado por lectores que no eran habituales de cómics. Sospecho que, en parte, el éxito de los tomos recopilatorios fue el motivo por el que Gaiman reenfocó sus guiones hacia la mitad de la colección. El formato impuso un contenido.
Pablo, yo tengo que decir (de hechos soy yo el que lo dice en el podcast) que el formato apaisado creo que se ajusta mejor a una tablet que el comic book
También te digo que no leo demasiado comic digital y es una opinión basada principalmente en la lectura de las series de Panel Syndicate.
Yo me acuerdo de que incluso se dijo cuando se subían las páginas de Moowiloo Woomiloo… Al principio también me convencía la idea, pero luego pienso en cosas como Ojodepez, la comunidad de Subcultura, El Vosque, y otros webcómics, y lo bien que han funcionado entre el público.
Al mismo tiempo, me parece un error sacar cómics digitales en PDF, porque no es un formato pensado para eso. El formato se creó para llevar archivos a imprenta, no para leer, ni libros ni cómics. Acabará saliendo un formato más natural para cómics digitales, y creo que seguramente no será el PDF.
Me había reservado este podcast para escucharlo tranquilamente en mis viajes en coche por España y qué gran acierto. Menuda maravilla de programa. Me fascina la evolución del medio, como los cambios económicos y sociales han ido modificando los formatos y cómo estos formatos han influido en la manera de contar las historias (y cómo las historias han influido a su vez en los formatos retroalimentando el asusto). Muchas gracias por este programa. Me ha encantado. (Corto y pego el comentario que os he puesto en iVoox porque, según le he dado a enviar, me he acordado que dijisteis que preferíais que los comentarios os los hiciesen aquí).
PODCAST DE OLORES DE COMICS YA!!! jajaja me he descojonado con el final
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