Detrás de una canción de éxito no sólo está el compositor o el artista, sino que el productor es el responsable del acabado final. La trayectoria de excéntricos como el creador del «wall of sound» Phil Spector, talentazos como Quincy Jones, auténticos fabricantes de éxitos como Stock, Aitken y Waterman o auténticas sabandijas como Lou Pearlman, demuestra que la figura del productor va más allá de ser un ingeniero de sonido sino que está más cerca de un auténtico gurú espiritual o del rockstar más salvaje. Just push play!
Asociado a la persona que se pone detrás de la mesa mezcla, el perfil técnico del productor musical no sería el que todos conocemos sin las innovaciones del mítico George Martin. Sus experimentaciones consiguieron el atemporal sonido de The Beatles. Y si hablamos de la banda más famosa de la historia, no podemos obviar al productor del disco más vendido, el Thriller de Michael Jackson, creado bajo la tutela de Quincy Jones.
En ocasiones el productor se deja por el exceso tanto como la banda con la que trabaja. Roy Thomas Baker produjo a los primeros Queen y era tan divo como Freddie Mercury. Quizá menos ego se gastaban Stock, Aitken y Waterman a pesar de crear un buen montón de hits con Kylie Minogue o Rick Astley.
Producciones sedosas y baladones empalagosos es la marca de fábrica de David Foster, que lo mismo se encarga de Chicago que guía los gorgoritos de Celine Dion. ¿Y qué podemos decir del ecléctico Rick Rubin? El productor más famoso del mundo, resucitó a Johnny Cash o Neil Diamond pero lanzó a los Beastie Boys o a Slayer
En la escena del hip-hop se valora especialmente el trabajo del productor. El más prestigioso es Dr. Dre, descubridor de Eminem y millonario gracias los auriculares de su propia marca. Otro enamorado del hip-hop es Mark Ronson, sus producciones muestran lo retro y lo moderno y lanzó a la tristemente fallecida Amy Winehouse.
¡Muy bueno éste! Además con salseo y chismes, que es lo que toca cuando se habla del show business.
Y sí, queremos secuela, que queda gente jugosa: Sam Phillips (el hombre que vendió el rock a América), Jeff Lynne metiendo mano en cien pucheros, Berry Gordy y la Motown…
Una conexión Spector/Martin, se dice que Phil «salvó» el disco Let It Be unificando unas grabaciones imposibles… pero luego nos tocó pagar con el sobreproducidísimo Imagine.
Jeff Lynne mola mucho, un tío con un sonido peculiar 🙂 La verdad es que sí que da para segunda parte